La curvilínea ladronzuela no se conforma con robarle la cena al abogado penalista. También quiere su corazón.
Maddie
Qué manera de conocer a mi nuevo vecino. Accidentalmente robé su cena. Culpa mía. ¿Cómo iba a saber que la bolsa de reparto que estaba en la puerta de mi casa no era para mí?
Y lo que es peor, mi ardiente e iracundo vecino resulta ser el hermano mayor de mi nueva socia.
Cuando me convierto en una chica mala, voy hasta el final.
Fischer
Mi preciosa vecina me roba la cena y luego el corazón. Una mirada a Maddie y estoy perdido.
Ahora, planeo hacer que mi pequeña ladrona pague por su crimen con una sentencia de por vida.
En mis brazos.
Jules
No tengo tiempo para salir con nadie, y menos con el exasperantemente mandón y ridículamente sexy sheriff. Pero Dillon Armstrong no acepta un no por respuesta. Y cuanto más aparece en mi oficina, más difícil es resistirse a él y a sus maneras prepotentes, insufribles y extrañamente entrañables. Va a hacer que me enamore de él, lo sé.
Dillon
La primera vez que pongo los ojos en la pequeña petardo, sé que mi vida no volverá a ser la misma. Está decidida a resistirse a mí, pero me niego a aceptar un no por respuesta. Jugaré sucio si es necesario. La aguerrida enfermera me ha robado mi viejo e intratable corazón y ahora se ha quedado conmigo. Solo tengo que convencerla de que se arriesgue conmigo. O la secuestraré. Lo que sea que funcione.
Mi pequeña fugitiva con curvas pagará por sus crímenes. En mis brazos.
Adam
¿Quién iba a decir que una noche de fiesta para celebrar mi graduación en la facultad de Derecho cambiaría mi vida? Una mirada a la hermosa chica y sé que las cosas nunca serán iguales. Me roba el corazón y luego desaparece como un ladrón en la noche.
Siete años después, el destino me sonríe y la trae de nuevo a mi vida. Parece que mi muñequita con curvas ha estado ocupada metiéndose en problemas. No pasa nada. Soy el mejor abogado penalista de Silver Spoon Falls.
Después de que consiga que se retiren los tontos cargos contra mi chica, pienso volcar toda mi energía en asegurarme de que no vuelva a escaparse.
He vivido siete años, tres meses y catorce días de infierno echando de menos a mi chica y no voy a dejar que se me escape de nuevo.
Los días de fuga de Cora han terminado. Planeo atarla a mí para la eternidad y poner fin a su vida de crimen.
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